Tanto la luz como la indumentaria del campesino, que vendría al centro de la ciudad a vender casa por casa sus productos de la tierra, nos dicen que es tiempo frío, invierno posiblemente.
Ataviado con el sombrero de ala ancha, el pañolillo al cuello, chaqueta y pantalón de drill gris, tela clásica de los trabajadores, su chaleco abotonado al centro, la faja negra y unas recias eternas botas a los pies.
Los arneses del borrico son pobres, nada de cuero, sólo esparto.
A la derecha de la imagen, la cabeza de un caballo, principio de un coche de punto, de alquiler; aquí en Sevilla no se llamaban, como en Madrid, "simón", pero era el mismo vehículo.
Rafael Garzón Rodríguez era un extraordinario profesional e industrial de la fotografía. Había nacido en Granada y ya era próspero en tan hermosa ciudad y hasta en Córdoba, cuando llegó a Sevilla sobre 1901, ya que su quehacer se centra a caballo entre fines del ochocientos y primer tercio del novecientos.
Imágenes y textos tomados del periódico gratuito:HISTORIAS Y TRADICIONES, SEVILLA EN PLATA
Textos y fotos de: J. M. Holgado Brenes